Etapas del Proyecto
Etapa I
Pre-producción
Etapa II
Producción
Etapa III
Posproducción
Agosto - Septiembre 2019
* Retomar tema
* Fortalecer los grupos de Trabajo
Septiembre - Octubre - Noviembre 2019
* Etapa de producción - mediática
Noviembre - Diciembre 2019 -Enero 2020
* Socialización de los Productos
* Audio - foros * radioteatros
* Memoria- Aprendizajes
* Proyección prospéctica
Cronograma
Taller No.1
Retoños de Esperanza
Una forma distinta de contribuir a la Paz
Desde la firma de los acuerdos de paz en el 2016 cada acción realizada en y para las regiones colombianas, tiene mucho peso. Los imaginarios y las narrativas de los colombianos aún están anclados en el conflicto, y avanzar en la implementación de un proceso de paz en un contexto donde aún hay otros actores en guerra es un gran reto.
Retoños de Esperanza es la consolidación de un proceso que inició a finales de 2016, cuando después del plebiscito donde una parte representativa los colombianos votaron que NO estaban conformes con lo firmado en los acuerdos de paz con las FARC; evidenciaron los grandes desafíos del país frente a la transición del conflicto a un contexto de “paz”.
Y aunque el acuerdo y todas las decisiones tomadas alrededor del mismo fueron manejadas mediáticamente como un proceso político lejano a muchos colombianos; la implementación del mismo ha generado nuevas realidades que enfrentar, en especial en la relación directa entre la salud mental y la cultura de paz de la sociedad colombiana.
Fue así como profesores e investigadores de las Universidades de Maastricht en Holanda y del Instituto de Salud Pública de la Pontificia Universidad Javeriana, deciden poner en marcha un proceso académico que implica el uso de medios de comunicación para impactar masiva y positivamente en el cambio de imaginarios y narrativas de las comunidades; permitiendo mejorar los problemas de salud mental y facilitando la construcción de una cultura de paz verdadera, que aporte a la reconciliación y la convivencia en este nuevo contexto.
En junio de 2017 inicia el intercambio académico en donde 7 personas relacionadas con medios de comunicación, entidades gubernamentales y organizaciones sociales de base del departamento del Cesar; más profesores y colaboradores de la Universidad Javeriana participaron durante dos semanas en un taller teórico-práctico que dio como resultado la propuesta de 4 productos mediáticos que, de acuerdo al contexto de ese momento, serían las herramientas asertivas para lograr el objetivo del proyecto en el territorio.
Sin embargo, después de 2 años (en el 2019), con el apoyo financiero de la Embajada de los Países Bajos se iniciaron de nuevo los contactos en el territorio para realizar las 4 producciones mediáticas planteadas en la primera fase. ¿Los retos? muchos, pero el principal fue el nuevo contexto que era muy diferente al que existía cuando se realizaron las propuestas.
A pesar de los distintos retos planteados, logramos convocar de nuevo a varios participantes de la primera fase y animar a muchos otros que quieren aportar en este proceso que ahora, no solo cumplirá el objetivo de crear productos comunicativos para mejorar la relación de la salud mental y la cultura de paz, sino fortalecerá la misión de la Comisión de la Verdad, la entidad que nació con la firma del Acuerdo de Paz y que tiene como mandato construir una ruta para cerrar de manera definitiva el conflicto armado y dejar a las nuevas generaciones una nación en la que se pueda convivir y se respete la dignidad humana. Ese viaje hacia el futuro hace necesario saber qué pasó en los años de la guerra, preguntarse colectivamente sobre la barbarie que hemos vivido, encontrar explicaciones a la complejidad del conflicto y aprender otra manera de resolver las diferencias políticas, sin herirse ni matarse. Donde el cambio en las narrativas e imaginarios es fundamental y a través de Retoños de Esperanza, es viable y posible reconstruirlos.
Taller No.2
Los Retoños Empiezan a Florecer...
Y llego finalmente la hora de la verdad. Es una gran apuesta. La construcción participativa hace que el proceso sea aún más ambicioso. En las comunidades son pocos los que conocen los lenguajes audiovisuales, radiales y escritos, pero entienden la importancia de comunicar, están aprendiendo a hacerlo de otra manera.
Los 4 grupos se plantearon un cronograma de trabajo. Fueron pocas semanas (apenas 3) para llevar a cabo la producción. Sin embargo, su compromiso era evidente y sacaron adelante lo propuesto.
Mientras los participantes del grupo de jóvenes, Son de Paz, realizaron un taller de actuación; los integrantes del documental del río Guatapurí, iniciaron las entrevistas y tomas que tenían planteadas en el guion.
Quienes trabajan en la radio-novela realizaron la entrevista de su protagonista e iniciaron la construcción del guion y las personas que lideran la producción de la cartilla infantil, culminaron detalladamente el paquete que quieren presentar con este producto.
Poco a poco cada uno de los productos comunicativos fueron tomando forma. Por supuesto, como en todas las producciones, hubo incidentes de última hora que no estaban contemplados, pero que dejaron aprendizajes importantes frente al trabajo colaborativo.
Incluso, la participación comunitaria fue más amplia de lo esperado; estudiantes de uno de los colegios más tradicionales de Valledupar, el Loperena, realizaron un mural alusivo a Camaleones, la historieta infantil.
Los jóvenes de los barrios de la margen derecha quisieron hacer parte del documental, contar su historia, mostrar sus problemáticas, pero también mostrar el lado humano de todos los habitantes de esta zona, para así poder revindicar toda la estigmatización que han tenido durante años.
Los jóvenes de San José de Oriente y de Tierra Grata (excombatientes) invitaron a varios padres y madres de familia e incluyeron en su proceso a niños y niñas de la comunidad quienes protagonizaron los videos realizados.
Por su parte, la radionovela abrió nuevas perspectivas al grupo de teatro local (Maderos) y su trabajo con las comunidades. Este formato amplió su visión en la escena, pero sobretodo fomentó la premisa de que a través del arte es posible transformar narrativas e imaginarios que construyen, que nos permiten reconocernos como seres humanos, independientemente del rol que desempeñemos en la sociedad.
Al finalizar esta etapa de producción fueron más los aprendizajes que los retos sin resolver. Los Retoños de Esperanza empiezan a florecer para cultivar paz y amor en estas comunidades y fortalecer esas raíces que necesitamos para una reconciliación real y duradera.
Taller No.3
Florecen Nuevos Diálogos y Narrativas de Construcción
La convalidación comunitaria es el primer gran filtro de las producciones mediáticas. En este ejercicio los participantes y sus comunidades manifestaron sus percepciones frente a los productos, iniciaron la conversación, se sintieron o no reflejados y empezaron a hablar de temas que hace unos años no era posible dialogar. Al final este es el objetivo de este proceso.
Por supuesto, los 4 productos (Documental del Río Guatapurí, Video-clips (Salomé), Constanza (radionovela) y Camaleones (historieta/cartilla infantil), estuvieron expuestos a sugerencias de mejora. Mejoras que permitirán potenciarlos no solo desde el punto de vista técnico, sino también narrativo-constructivo. Se evaluó qué tanto habían cumplido con los objetivos del proyecto; el principal: fortalecer la salud mental y la resiliencia en poblaciones afectadas por conflictos sociales en el Departamento del Cesar, a través de estrategias que buscan promover la transformación de las narrativas individuales y colectivas en un proceso de superación del trauma y las emociones negativas con el fin de fortalecer la reconciliación pacífica en un proceso de posconflicto.
Las historias contadas en cada uno de estos productos, son historias que como colombianos hemos oído muchas veces, historias que no debieron ocurrir pues la violencia está presente en todas ellas.
Sin embargo, la manera como están siendo contadas desde una perspectiva de reconciliación, de construcción, de paz; cambian e interpelan otras emociones en los espectadores, lectores y radioescuchas.
El éxito de este proceso sin duda fue el desarrollo de estas piezas comunicativas en una asociación de coproducción participativa. Reconocer a las comunidades y redes locales como actores activos en la transformación de sus dinámicas individuales y colectivas, fue clave para fomentar el enfoque de mejorar y entender la salud mental y su relación directa con la cultura de paz.
Por lo tanto, este ejercicio enriquece y da relevancia a un tema que poco se ha tocado en el conflicto colombiano: la salud mental de todas las personas que hemos vivido el conflicto de una u otra forma. Incidir en este aspecto es definitivo para lograr la paz que tanto anhelamos los colombianos.
Producción
De la Esperanza a la Acción…
El tiempo fue corto y las expectativas altas. Ya estamos en la etapa final del proceso, o por lo menos en el cierre de esta fase. El trabajo ha sido arduo y el Grupo ComunicArte, las comunidades, las universidades, todos y todas las personas implicadas en este proceso hemos estado muy comprometidas para tener unos productos con la mejor calidad técnica y temática posible.
Estamos en un momento significativo. Luego de tres años de desarrollo y de los últimos 5 meses de trabajo arduo en Valledupar y Bogotá, estamos culminando los detalles de cada uno de los productos comunicativos.
La impresión, edición y digitalización son tan importantes como su producción. Cada detalle cuenta, cada pequeña cosa evocará emociones y sensaciones importantes para cumplir con el objetivo del proceso.
El próximo 23 de enero del 2020, será el “gran día”. Haremos una presentación oficial donde estarán presentes los participantes, las universidades, los medios de comunicación y posibles financiadores de este proceso. Y sí, queremos ver a Retoños de Esperanza no solo como un proyecto, para nosotros es un proceso, que sin duda en este punto es cuando más impulso necesita.
Ahora los productos ya están desarrollados, pero si no los difundimos, los usamos, los compartimos y ponemos a la gente a “hablar” de los temas planteados, sería obsoleto tenerlos.
Plantearnos una posible ruta que trace los siguientes pasos a seguir es de suma importancia. Salomé, La margen derecha del Río Guatapurí, Constanza y Camaleones son apenas el comienzo.
Estos productos deben ser la muestra del porqué crear nuevas narrativas y espacios de diálogo fomentarán la mejora en la salud mental cómo un aspecto primordial para la reconstrucción del tejido social; basados en procesos profundos de reconciliación y de nuevas formas de abordar los conflictos.
Con Retoños de Esperanza, estamos construyendo una serie de herramientas necesarias para forjar la cultura de paz en Colombia.