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Una mujer valiente, que piensa en comunidad

Luis Ricardo Peña Gacía[1]



Son las 4 de la tarde, una tarde soleada de Valledupar, capital del departamento del Cesar, la señora Ruth Dilida Jiménez, llega puntual a una entrevista que se enmarca en el proyecto Retoños de Paz, en las oficinas de la biblioteca pública Consuelo Araujo Noguera, Ruth es madre de 9 hijos, viuda; de profesión promotora de salud, docente, líder comunitaria del margen derecho de la ribera del Rio Guatapurí.

Su voz es suave y delicada pero al mismo tiempo muestra una fuerza en sus palabras, los años han dejado marcas ineludibles en su vida, sufrió la violencia armada en carne propia y lucha por los derechos de las víctimas; sin embargo su postura ante la vida la hace una guerrera que lucha incansablemente por salir adelante y mejorar las condiciones de vida de su comunidad, una comunidad en muchos casos invisible para la mayoría de los habitantes de Valledupar, su comunidad denominada La margen derecha del rio se encuentra a escasos metros de la mítica plaza Alfonso López, lugar del nacimiento del Festival de la Leyenda Vallenata, pero al mismo tiempo la margen derecha representa una población abandonada por el Estado, sin servicios públicos, sin escuelas, pero con la presencia de intereses inmobiliarios y proyectos de impacto ambiental que buscan “rescatar” el rio Guatapurí, el principal proveedor de agua del área metropolitana de Valledupar.

Durante nuestra conversación sobresale poderosamente el tema del papel fundamental de la escuela como motor de la sociedad, expresa con cierta tristeza como adelantaban en una pequeña escuela, actividades que congregaban a más de 400 niños de los barrios circundantes, con la ayuda de docentes provisionales y estudiantes de la Universidad Popular del Cesar, adelantaban procesos educativos denominados Escuela Nueva; sin embargo por razones políticas los niños fueron trasladados a otras escuelas y la sede quedo olvidada para el Estado, mas no para la comunidad.

Cuando hablamos del conflicto armado en el país, Ruth, habla con propiedad, conoció y vivió la amarga situación de perder familiares por su labor comunitaria, fue señala por actores armados, tuvo que mediar por personas y hablar con “autoridades” del paramilitarismo para conservar su propia vida; en medio de todo este panorama, surge la palabra reconciliación, ella lo define como “las condiciones dignas para vivir, que el niño tenga su escuela, que el desempleado tenga empleo, quien no tiene casa, tenga una casa propia”. Sin lugar a dudas sus respuestas reflejan su lucha diaria e incansable por su comunidad, no piensa en una reparación individual, es un perdón individual, siempre habla en plural, siempre incluye a los más olvidados en su territorio, una mujer que le pone el pecho a la brisa y sigue abriendo nuevos caminos para su 9 de marzo. Termina la entrevista y me dice que está en el proceso de conseguir juguetes para los niños de su comunidad, son las 5 de la tarde y debe ir a iniciar las novenas de Navidad.



  1. [1] [1] Sociólogo, magister de Ciencias Sociales, docente e investigador de la ciudad de Valledupar, César

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